En una entrada anterior hablamos sobre cómo nos afecta la luz azul de las pantallas a nuestra salud: migrañas, visión borrosa, vista cansada, ojos secos, escozor, insomnio e incluso mareos, éstos son algunos de los síntomas al pasar varias horas trabajando delante de un ordenador o mirando las pantallas de nuestros teléfonos móviles, pero, lo mismo pasa cuando llegamos a casa y hacemos clic en el interruptor de la luz…
Generalmente las bombillas y lámparas que la mayoría tienen en casa, dan una luz intensa pensando que cuanta más claridad más sensación de luz natural tendremos, pero eso es un error que choca totalmente con los beneficios para nuestra salud de los ciclos circadianos. Vemos unos ejemplos simples y sencillos a continuación:
Imagina que llegas a casa un día de otoño sobre las 8 de la tarde, en la calle todavía hay luz natural y tu retina capta la luz del día mientras caminas por la calle, pero llegas a casa y la iluminación natural es escasa por lo que decides encender la luz, posiblemente esa luz es incluso más intensa que la luz de la calle, lo que altera nuestra ciclos circadianos, por lo que nuestro proceso de reparación natural se altera.
Los ciclos circadianos se ha demostrado que regulan nuestra calidad de vida y nuestro sueño de forma natural, estamos diseñados para regirnos por los ciclos circadianos y así tener una salud óptima, en el momento que salimos de ahí, nuestros problemas de salud aparecen. Los ciclos circadianos se rigen por la luz solar, adapta nuestro cuerpo a la luz solar, así durante el día la luz solar nos carga de energía y durante la noche la falta de luz nos lleva a descansar y mantener un sueño reparador, además de mantener unos buenos niveles de melatonina. Entonces si llegamos a casa y en lugar de adaptar nuestra vista a una luz más tenue y menos intensa, le metemos un chute de luz azul, nuestros ciclos circadianos se alteran y se ponen en alerta. Si tenéis fluorescentes en la cocina (algo muy habitual) veréis que tienen una luz muy fuerte y blanca, lo mismo pasa si vemos TV con la luz apagada, si pruebas a poner unas gafas anti luz azul (de cristales amarillentos o anaranjados) y a los 5 minutos las quitas, te darás cuenta que te resulta casi insoportable la intensa luz que desprende tu TV, y resulta que la llevabas viendo así durante años.
Otro «golpe de luz artificial» que descontrola nuestros ciclos circadianos es cuando nos levantamos en la noche y abrimos la nevera, esa luz blanca de la nevera después de estar inmersos en la oscuridad es de lo más nocivo, y lo mismo pasa si te levantas durante la noche al baño y enciendes de sopetón la luz, por suerte para todo esto también hay soluciones, que vemos a continuación:
Seguro que habéis visto que mucha gente está empezando a utilizar luz roja o anaranjada en todas las estancias de sus viviendas, ello es para rebajar el impacto nocturno de la luz artificial en cuanto a los ciclos circadianos al llegar a casa al atardecer y así poder mantener una luz tenue que no altere a los ciclos circadianos mientras se preparan para el descanso y un sueño reparador.
No hace falta que sean bombillas especiales (aunque las hay), si te estás iniciando puedes empezar con bombillas que ofrecen una iluminación más tenue que evitan la luz azul, suelen dar un tono anaranjado o rojo, y aunque al principio quizá cuesta acostumbrarse, a los pocos días se notan tanto sus beneficios que la luz artificial que teníamos anteriormente nos resultará muy molesta.
Algunos modelos:
Bombillas LED luz anaranjada. Ver Precio
Luz nocturna con sensor de movilidad (rojo) Ver Precio
Lámpara luz roja nocturna. Ver Precio
Luz tenue roja, ambiental y decorativa. Ver Precio
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